7 de noviembre de 2012

El primer suspenso del curso universitario





Aunque apenas han pasado un par de meses desde su inicio, las universidades españolas ya han cosechado la primera calabaza del curso. La semana pasada se publicó el número de créditos matriculados y el importe recaudado en las matrículas de diferentes universidades. Tampoco es cuestión ahora de entrar a detallar todos los datos, pero si merece la pena detenerse un momento a analizar dos casos concretos.
En la Universidad Complutense los créditos matriculados se han reducido prácticamente a la mitad. A primera vista puede parecer una cifra exagerada, pero en el fondo es coherente con un concepto que se estudia en la primera lección de Economía: la elasticidad de la demanda. Y es que con el aumento draconiano del precio del crédito, es lógico que la cantidad demandada se haya reducido sustancialmente, como corresponde a un servicio con demanda elástica.

En Valencia, otra de las comunidades que más ha incrementado las tasas universitarias (junto con Catalunya, Canarias, Castilla-La Mancha), la Generalitat finalmente recaudará 33 millones de euros menos de lo previsto. Algo también razonable desde un punto de vista económico por ejemplo a través de la Curva de Laffer, que muestra como a partir de un determinado nivel la recaudación fiscal desciende cuando se incrementa el tipo impositivo.

En cualquier caso, el verdadero problema que se esconde tras estas desalentadoras cifras es la pérdida de conocimiento para el país y el drama familiar de ver cómo nos precipitamos hacia una sociedad decadente donde los hijos están menos formados que sus padres.
Por otra parte, aunque no sirva en absoluto de consuelo, cabe señalar que desde el anuncio de la brutal subida de las tasas, buena parte de los economistas tanto de dentro como fuera del ámbito universitario ya señalamos que se trataba de una auténtica barbaridad. Y lamentablemente (y sin que sirva de precedente) acertamos de pleno.

Seguro que en estos momentos hay mentes pensantes maquinando a que otros tributos se les puede dar una nueva vuelta de tuerca. Quizás se fijen en impuestos como el Impuesto de Bienes Inmuebles (muchos ayuntamientos ya lo han hecho), argumentando que como lo tienen que pagar todos los propietarios, la recaudación no caerá por mucho que se suba el tipo impositivo. Cierto, al menos mientras el sujeto pasivo logre mantener la vivienda, lo cual constituye cada día un reto mayor.
Sin embargo, si ampliamos el foco a nivel global, observamos que el mundo de la educación superior sigue evolucionando, de la mano de las nuevas tecnologías y de una nueva concepción de la formación más abierta. En este sentido destacan iniciativas como edx, udacity o coursera. En particular ésta última está teniendo un crecimiento meteórico: sus 200 cursos gratuitos sobre las materias más diversas (la mayoría en inglés, eso sí) ya ha sido cursado por 2 millones de estudiantes de todo el mundo.
Carles Canitrot

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